Los tambores de guerra retumban con un ruido ensordecedor a nivel mundial, repitiendo en cada conflagración la misma verdad: los poderosos atacan sin piedad, sin medir consecuencias, esperando solo a cambio el silencio y resignación de los pueblos agredidos.

Ucrania atacó suelo ruso con misiles estadounidenses y en contraprestación la soberbia norteamericana espera que Moscú ignore sus ofensas.

En medio del cruento genocidio en gaza, Estados Unidos vuelve a hacer oídos sordos a los clamores mundiales que exigen un alto al fuego inmediato, dándose el lujo de vetar por cuarta vez una resolución del consejo de seguridad de la ONU que buscaba parar las hostilidades y permitir el acceso a la ayuda humanitaria. Las apuestas de los poderosos están de lado del criminal de guerra Benjamín Netanyahu.

Para los que se creen dueños del mundo no ha sido suficiente la estela de muerte y dolor que ha dejado en la humanidad el uso de la guerra como estrategia para mantenerse forzosamente en el poder.

Lastimosamente Colombia no es la excepción, no importa las banderas que digan representar, los poderosos tapan con cañones y ráfagas sus oídos, para evitar escuchar el clamor de las mayorías que piden paz.

Los muertos de todos los bandos duelen de la misma manera a sus seres amados, la doble moral de los que siguen atizando la guerra cada vez resulta más insoportable. Mientras las fuerzas militares atacan en alianza con los paramilitares, embistiendo contra el pueblo y su fuerzas revolucionarias, celebran la muerte y la tortura, pero se rasgan las vestiduras cuando las bajas son suyas, como si solo sus muertos valieran.

El oriente colombiano lleva décadas en guerra porque los reclamos del pueblo han sido ignorados y condenados al olvido. La rebeldía ha sido la respuesta digna a las promesas olvidadas, a las reformas siempre archivadas y a la barbarie generalizada.

El Frente de Guerra Oriental, continuará firme defendiendo la vida a través de la lucha, sembrando el camino de la rebeldía y resistencia para que el pueblo del oriente y del resto de Colombia pueda hacer germinar la paz en libertad. Siempre firmes en NUPALOM.

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