
Comandante Antonio García
Gran parte de la opinión pública se vio asombrada a inicios del mes de julio cuando en Ciudad de México se convocó y llevó a cabo la primera marcha contra la gentrificación, el asombro se da en parte porque la mayoría de la población nunca antes había oído tal termino ni mucho menos sabia su significado, aunque en gran medida se vean afectados por dicho fenómeno.
Con consignas tales como: “Gringo go home”, “Aquí hablamos español”, “Vivienda digna para los mexicanos” o “Tu comodidad gentrifica, nuestra lucha dignifica”, las y los manifestantes avanzaron hacia el Paseo de la Reforma. Esta fue una marcha convocada por el Foro Lindbergh de la colonia Condesa, una de las más afectadas por este fenómeno social. A su paso los manifestantes expresaban su rabia, la cual desataron contra establecimientos de comercio y del gran capital financiero con presencia en la ciudad.
La gentrificación se refiere un proceso urbano donde barrios tradicionalmente populares experimentan la llegada de nuevos habitantes en la mayoría de ocasiones provenientes de Europa o Estados Unidos con un alto poder adquisitivo. Este fenómeno suele estar acompañado de inversiones en infraestructura, mejoras en servicios, aumento en el valor de las propiedades y por tanto encarecimiento de la vida de los pobladores. Al aumentar formidablemente los precios de vivienda, arriendos, servicios, alimentación y transporte, entre otros, esto provoca el desplazamiento de las familias originales, quienes no pueden asumir el alza de rentas y el encarecimiento general de la vida.
Estos desplazamientos se presentan luego de un proceso de preparación, básicamente porque cuando un territorio con atractivos turísticos, o simplemente tiene algún valor para la inversión, puede ser codiciado por los turistas que lo visitan o por inversionistas para habitar, rentar o comprar una propiedad. Para ello apelan a estrategias financieras y de presiones para lograr hacerse a la mayoría de las viviendas, con esto obligan a los residentes a desplazarse hacia barrios periféricos o a otras ciudades o localidades, generando y profundizando así todo tipo de tipo de exclusión y asimetrías sociales. Por lo general, los barrios en los que se establecen los desplazados son periféricos a los núcleos urbanos y no cuentan con servicios públicos básicos ni están planificados.
De acuerdo con la opinión de expertos en el tema, advierten que el fenómeno contribuye con segmentación y desigualdad urbana, lo que en Colombia se conoce como la estratificación. Mientras sectores privilegiados acceden a mejores servicios, disponibilidad y acceso a entretenimiento y alternativas de ocio, otros, los sectores vulnerables y empobrecidos ven limitadas sus posibilidades de permanecer en la zona. Por tanto, la gentrificación en la capital mexicana significa un cambio profundo tanto en la configuración física como en la vida cotidiana de sus habitantes, desarraigo, pérdida de identidad cultural y social, y ruptura en el tejido social de pobladores que históricamente han habitado un territorio, se han relacionado con este y con sus conciudadanos y han construido comunidad a partir de usos, costumbres y saberes ancestrales que les ha permitido la adaptación al medio en el cual habitan.
La gentrificación va de la mano del discurso del desarrollo, ya que bajo la promesa de modernización de la infraestructura, mejora en los servicios, calidad de vida, la oferta de vivienda dirigida al turismo internacional y la proliferación de espacios comerciales exclusivos que se crea una idea de economía colaborativa, la cual tiene como propósito la conformación una economía social, pero al final termina en modelos de negocio con fines de lucro, así por ejemplo se crean plataformas digitales como Airbnb.
Esta plataforma se encarga de adquirir propiedades a menos precio, modificarlas para luego rentarlas a usuarios que en su mayoría provienen del extranjero, su alquiler se hace de acuerdo con las tarifas que la misma plataforma determina y puede ser por días o meses, lo que hace que el valor rentista aumente exorbitantemente. Esta acción repercute en el desplazamiento de inquilinos que solían rentar un apartamento por largas estancias por preferir a turistas que se hospedan pagando por noche; como resultado, se provoca un problema de escasez de vivienda para los habitantes históricos.
Los gobiernos neoliberales han promovido fuertemente esta idea de negocio y de ordenamiento de ciudades a la medida de las necesidades de reproducción del capital, sin embargo, los gobiernos que se dicen progresistas, como en el caso de Colombia, también vienen fomentando fuertemente al turismo y la consolidación de plataformas de alquiler con el propósito de promover el turismo, lo que ha causado graves impactos en comunidades enteras en las grandes ciudades y sitios de interés para estos capitales, en ese sentido, es de esperarse que la indignación crezca y se incuben nuevos escenarios de lucha en nuestros pueblos por parte de comunidades que, se resisten a ser desplazadas de sus territorios por causa de los intereses del gran capital.
Este fenómeno tiene muchas coincidencias con la economía extractivista; un discurso que promete prosperidad y riqueza para todos, cambios legislativos y de usos de suelos y finalmente produce desplazamiento de las comunidades locales, para entregarles en bandeja de plata los territorios al capital internacional.
Tomado De:
GENTRIFICACIÓN, OTRA CARA DEL DESPOJO